El
comienzo de esta jornada de cata tiene toda la pinta de un viejo chiste
infantil: 1 español, 1 alemán, 1 sudafricano, 1 portugués, 1 italiano y 5 franceses entran en Tiza y Flor y piden una
copa. Pedro, el propietario, les dice: -tened mucho cuidado que allí al fondo
están los terribles Flying Wine Tasters y dicen que quien entra en sus dominios
ya no sale. -Los vinos no hacen caso y entran. A las dos horas sólo quedan en
la mesa unas botellas vacías y algún
corcho despistado. ¿Que no hace gracia?, pues imagínate la que les hizo a
ellos.
Chistes
malos aparte, lo cierto es que en esta ocasión se podría decir que estuvimos
muy cerca de tocar el cielo de los blancos internacionales con la punta de los dedos.
La selección que hicieron Pedro y Miguel Ángel fue del todo acertada y pudimos
catar algunas verdaderas joyitas de lo que hoy en día se conoce como blancos de
calidad, donde el concepto de variedad y terruño, por fin se ha impuesto a las
largas y maderosas crianzas que hasta hace no demasiado tiempo, se tenían como
el paradigma de lo que debía ser un vino blanco que se preciara de tener un
cierto renombre internacional.
Como
para gustos están los colores, también se incluyó un vino tinto, más que nada
para que cierto catador, recientemente galardonado en una D.O. cercana a la
ciudad del Turia, no se fuese de allí diciendo que no había catado vinos esa
tarde. Con esta triquiñuela legal, técnicamente todos los presentes catamos
vinos y ya no se pudo quejar más.
También
es de agradecer que nuestro anfitrión fuera tan previsor y tuviese preparado un
refrigerio para después de la cata, donde poder rememorar las mejores
sensaciones que nos dieron los vinos y armonizarlas con unos deliciosos quesos
y embutidos que nos restauraron el cuerpo y el espíritu antes de nuestra
partida. Creo recordar que hasta uno de nosotros (cuyo nombre voy a omitir por
no hacer escarnio) llegó incluso a beber agua. Ya se sabe que los del medio
Vinalopó son muy peculiares.
A
continuación bosquejo brevemente unas notas de cata en las que intento refundir
mi opinión personal con las que fueron
expresando el resto de asistentes, para que de alguna forma nos sirva de
“diario de sesiones” de aquella jornada. Ni que decir tiene que estas notas
están abiertas a las modificaciones, añadidos y enmiendas que cualquiera de
vosotros quiera hacer sobre cualquier vino, bien añadiendo su nota personal (lo
que sería fantástico y muy edificante), bien aportando sus comentarios y
opiniones.
NOTAS
DE CATA:
Francia. A.O.C. CREMANT DE BORDEAUX
Variedades.
70% sèmillon y 30% ugni blanc. 12º alc. P.v.p. aprox.: 8 €
VISTA.
Amarillo dorado algo subido con destellos oro viejo. Burbuja algo escasa.
NARIZ.
Con presencia de reducciones que tardan en desaparecer varios minutos para dar
paso a una nariz frutal y con presencia de tímidas notas florales y recuerdos
cítricos.
BOCA.
Entrada discreta respecto a la burbuja, que aunque poco numerosa, es pequeña y
bastante bien integrada. Se presenta con una buena acidez y un centro donde
predomina la manzana madura, la almendra cruda y la hoja de limonero. El
posgusto medio en cuanto a duración, con recuerdos a brioche y azúcar tostado.
CONCLUSIÓN.
Un vino interesante que saca de unas uvas que no están precisamente bien
dotadas para una segunda fermentación, unas notas de cierta calidad y
originalidad que merece la pena probar, no dejando pasar demasiado tiempo desde
el degüelle, ya que no lleva muy bien la “crianza”, a lo que tampoco ayuda el
tapón de saldo que lo cierra.
Portugal.
C.V.R.V.V. VINHO REGIONAL MINHO
Variedad
alvarinho y trajadura. 13º alc. P.v.p. aprox.: 8,5 €
VISTA.
Amarillo pajizo con destellos dorados virando a verdosos, muy brillante.
NARIZ.
Tarda un poco en expresarse, pero cuando lo hace ofrece una nariz bastante
elegante con predominio de flores blancas (azahar, jazmín), que dan paso a una
serie de herbáceos bastante pronunciados donde destaca el heno verde. Al
oxigenarlo aparecen unos ligeros recuerdos a hidrocarburos y alguna laca.
BOCA.
La entrada es algo golosa, con un paso bastante glicérico que le hace pesar en
boca. El centro es muy potente en cuanto a sensaciones frutales maduras y sigue
dando algo de lacas y acetaldehídos en retronasal. El final es muy largo, con
un posgusto marcadamente amargoso y secante.
CONCLUSIÓN.
Catado a ciegas, no daba marcadores propios de las variedades y hacía pensar en
un vino de allende los pirineos. Ofrece interés por su singularidad y por su
innegable relación calidad-precio.
Francia.
A.O.C. SANCERRE
Variedad Sauvignon Blanc. 13º alc. P.v.p. aprox.: 24 €
VISTA.
Amarillo dorado algo subido con destellos dorados. Limpio y brillante.
NARIZ.
Bien conjuntada entre fruta dulce, más bien golosa (manzana madura, lichi) y
cítricos (pomelo). Cuando reposa ofrece
un atractivo aroma a camomila y flor de acacia. Tras reposar, aparecen algunas
notas de crianza, muy sutiles, que van por el camino de las vainillas y de los
toques de “botella”.
BOCA.
La entrada es potente, expansiva y algo
amable. El paso es muy glicérico, casi oleoso, quizá por una patente falta de
acidez. El centro ofrece compota de manzana y algo de bollería por retronasal.
El final es bastante largo, debido a una acidez que no se manifiesta hasta
ahora y que a mi juicio lo hace fuera de tiempo, ya que lo que logra es enmascarar
un vino pesado de forma algo burda.
CONCLUSIÓN.
Un vino que prometía el oro y el moro en nariz, que se presenta bastante hueco
en el centro de boca y que acaba con unos “tartáricos” descompensados en un intento fatuo de revivir
un vino algo plano y falto de interés. Pasada la cata ciega, se descubre que la
mitad del vino ha fermentado en barrica nueva y que ha sido criado sobre lías.
Italia. D.O.C.
COLLI ORIENTALI DEL FRIULI
VISTA.
Amarillo pajizo con destellos alimonados que ofrecen aspecto de juventud y
vida. Muy brillante.
NARIZ.
De bastante intensidad y sorprendentes notas a níspero, champiñón y toques
cítricos que hacen una conjunción curiosa y agradable. Al reposar se vuelve algo
más sobria con ligeros toques florales (azucena y azahar).
BOCA.
Entrada muy potente y algo secante, con un paso de boca sedoso y corpulento. El
centro se presenta con predominio de fruta blanca (pera, albaricoque) y
ligeramente descompensado en cuanto a sensación alcohólica, pese a catarlo a
una temperatura bastante correcta. El final es larguísimo, con un apoderamiento
casi total de amargores que como se pudo comprobar tras descubrir la etiqueta,
es la característica principal de la variedad (notas de almendra marga).
CONCLUSIÓN.
Un vino de bastante calidad, no apto para todos los paladares, ya que resulta
algo difícil de beber debido a su potencia y amargor, pero que se hace un hueco
en el catálogo del iniciado, por su originalidad e innegables rasgos de
calidad.
Sudáfrica. D.O. STELLENBOSCH
Variedad chenin
blanc. 15º alc. P.v.p. aprox.: 26,50 €
VISTA.
Amarillo dorado muy subido de tono, virando a ámbar claro con destellos oro. Un
color bastante atractivo y acorde con la añada y la crianza.
NARIZ.
Inconfundibles aromas de madera nueva que se apoderan quizá demasiado del
conjunto olfativo. De fondo aparecen notas dulces, más vainilla, café, tofes y
mantequilla (una mezcla entre werthers originals y viuda de solano).
BOCA. La
entrada es algo plana respecto a la acidez, teniendo un paso de boca bastante
ampuloso y glicérico que da paso a un centro con cuerpo y potencia en
cantidades industriales. El final medio con agradables recuerdos a café y
tabaco de pipa.
CONCLUSIÓN.
Vino potente pero algo falto de estructura. Sobra madera y alcohol, mientras
que adolece de fruta y de una acidez que lo haga menos plano y pesado.
A.O.C.
MACON-VILLAGES
Variedad
Chardonnay. 12,5º alc. P.v.p. aprox.: 32 €
VISTA.
Amarillo dorado alto con destellos oro viejo. Bastante evolucionado de color
NARIZ.
Ya derrocha elegancia desde el primer momento ofreciendo unas notas a miel muy
sutiles, acompañadas de cítricos (lima y hoja de limonero) y fruta ácida (kiwi
y fresa verde).
BOCA.
La entrada es muy fresca, teniendo un paso fluido y lineal que nos lleva a un
centro de boca donde aparece una intensidad frutal que sólo se vislumbraba en la
nariz, dando mucha ciruela Claudia, manzana reineta y piel de naranja
confitada. El final es muy largo, con una acidez algo subida que sorprende
gratamente por la añada y no hace más que sumar vida a un conjunto realmente
elegante y de calidad.
A.O.C.
COTEAUX DU LAYON
Variedad
Chenin blanc. 12,5º alc. P.v.p. aprox.: 33,5 €
VISTA.
Amarillo dorado virando a oro viejo, con destellos cobrizos. Es el más
evolucionado visualmente de la cata y tiene el aspecto de una copa de aceite de
oliva (de cosecha tardía, claro). Muy brillante.
NARIZ.
La presencia de botrytis es
inconfundible, ofreciendo notas cítricas (limón) y algún matiz acetaldehídico,
que aunque leve, rebaja algo el aspecto dulzón del conjunto aromático y le
aporta seriedad y buen hacer.
BOCA.
Entrada ligeramente amable, con un paso de boca donde se denota cuerpo y
textura sedosa y glicérica, dando paso a un centro de boca donde el contrapunto
entre sabores dulces (miel, orejones y dulce de membrillo) y notas amargas
(limón confitado y pulpa de pomelo) crea una maravillosa fiesta para los
sentidos. La retronasal aporta grandes dosis de flores blancas (jazmín y jara)
y el final es muy largo, con un ligero recuerdo final de amargor comedido.
WEHLENER
SONNENUHR. AUSLESE
Zona
MOSEL.SAAR.RUWER
Variedad
Riesling. 7º alc.
VISTA.
Amarillo oro pálido con destellos dorados. Presenta burbuja ¿fruto de una
refermentación? que desaparece a los tres minutos de servirse. Limpio y algo
carente de brillo e intensidad (sensación visual “acuosa” y para nada de acorde
con la evolución que debería presentar un 2.004).
NARIZ.
Butano, metano y zutano. No hay más que hidrocarburos en estado gaseoso que no
desaparecen con facilidad y tampoco son olfativamente agradables.
BOCA.
Entrada dulce, donde la fruta que hubiera en su día ha sido sepultada por
empireumáticos y notas a caucho y a “balón de playa nuevo”. Paso de boca fluido
y lineal, carente de peso y corpulencia. El centro hueco y con sensación de dilución
(luego descubres que tiene 7º). El final corto, donde los hidrocarburos se han
dulcificado algo y queda un leve recuerdo a corteza de limón.
CONCLUSIÓN.
O no se encontraba en las condiciones adecuadas, para catarlo, o no está hecha
la miel para la boca del asno. Los expertos dictaminarán mi nivel de
pollinería.
A.O.C. CHAMPAGNE
Variedad Pinot
noir. 12,5º alc.
VISTA.
Amarillo pajizo con destellos dorados virando a verdosos. Brillante. La burbuja
se deja ver y es de pequeño tamaño, sin mucha profusión de espuma.
NARIZ.
A las notas predominantes de manzana verde y almendra, se unen unos curiosos
recuerdos de limón, hinojo, talco y orejones, que la dotan de elegancia y
perfume, pero no de manera sutil, sino dotándola
de una buena intensidad olfativa y cierta contundencia.
BOCA.
Entrada potente y acídula, con buena expansión de la burbuja. Paso liviano y
fluido dando paso a un centro donde la manzana sidrera (acido-amarga) se apodera
del conjunto en una primera instancia, para dejar paso a otras notas algo más
dulcificadas por retronasal (pera, crema de limón y ciruela amarilla).El final
de boca es bastante largo y se vuelven a adueñar de él los recuerdos asidrados
que nos ofrecía en nariz, dejando un final vivo, fresco y ligeramente mordiente
que descarga bastante al vino de contundencia y pesadez y que a veces se echa
de menos en otros champanes.
CONCLUSIÓN.
Otra vez queda de manifiesto que el que sabe buscar, encuentra buenas piezas en
Champagne sin tener que caer en los tópicos y archiconocidos top-ventas,
logrando beber como en este caso un espumoso de bastante calidad a un precio
más que razonable y con el valor añadido de gozar de ciertos toques de
exclusividad y originalidad para aquella zona, como son el ser un brut nature o
el tratarse de un blanc de noir monovarietal.
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